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Mi relación con la comida. Más allá del peso

Mi relación con la comida. Más allá del peso, un mundo de emociones

Entender la razón por la cual o no bajas de peso o no logras mantenerlo, va más allá de la fuerza de voluntad o de buscar dietas. Es aprender a escucharte a ti misma y tus necesidades reales.

Entender la razón por la cual no bajas de peso o por qué no logras mantenerlo, va más allá de pensar en la fuerza de voluntad o en la nueva dieta a buscar. Esta dolorosa forma de vida tiene que ver con el vínculo que has hecho entre la comida y tus emociones, con creer que el problema es el peso y vives esperando estar delgada para que tus problemas se solucionen.

Se trata de reconocer que el origen es emocional y que has querido taparlo con comida, esta inseparable amiga te ha ayudado a “escapar o anestesiarte” de los sentimientos que consideras desagradables, dolorosos o prohibidos. La comida te saca de la situación, actuando como un gran distractor de lo que realmente está sucediendo en tu vida. Aparentemente te da unos minutos de placer, mientras la comes, pero esto es irreal ya que aunado a lo que te dices mientras lo comes, más tarde volverá la ansiedad, ahora cargada de culpa.

Los atracones: “no tengo hambre pero seguiré comiendo” son en realidad llamadas de atención, es la forma que de algún modo encuentra el cuerpo y el alma para decirte que algo está pasando. Cuando dejas de comer: “tengo hambre, pero no voy a comer” es otra forma de no escuchar lo que tu cuerpo necesita, es querer poner orden cuando el entorno parece desordenado o un caos. Es en estos momentos cuando más necesitas escucharte y sentirte, atender tus necesidades reales, darle al cuerpo la satisfacción del hambre estomacal y alimentar el alma dándole lo que pide el hambre emocional.

La comida se volvió tu mejor amiga, no sólo porque calma lo que no quieres sentir, sino también porque fue el recurso que encontraste para sobrevivir, sabe rico y está al alcance todo el tiempo. Cuando has usado la comida para encontrar bienestar o protección pareciera que si la quitas de enfrente, nada será tan bueno o maravilloso; pero en realidad cuando logras no comer si no tienes hambre física, entonces puedes encontrar que hay un sinfín de cosas más por hacer, es sorprenderte a ti misma, tratándome como si fueras un invitado especial, darte lo que le darías a esa persona que está pidiendo ayuda, amor. Es usar la creatividad para darte cuenta qué otras actividades puedes hacer y poner atención a lo que en realidad te gustaría disfrutar. Es quitar la pausa en la que haz vivido tratando de estar delgada, esperando aquello que imaginas está por venir y ahora puedes hacerlo.

Te invito a que descubras qué te estas comiendo, preguntándote: ¿Qué es lo que en realidad necesito?,¿Mi cuerpo quiere comida o mi alma me pide atender una emoción?
Recuérdate a ti misma: mi relación con la comida va más allá del peso, es todo un mundo de emociones, y las debo atender.


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