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Lo del mar es más sabroso

Lo del mar es más sabroso

A estas alturas ya conocemos un poco más de los elementos que nos ayudarán a crear deliciosos manjares, podemos decir que ya tenemos toda la escenografía, los diálogos, la decoración, pero nos faltan los protagonistas. En las siguientes entregas hablaremos de aquellos elementos protéicos; esta semana nos enfocaremos a los pescados y mariscos. Los pescados, […]

A estas alturas ya conocemos un poco más de los elementos que nos ayudarán a crear deliciosos manjares, podemos decir que ya tenemos toda la escenografía, los diálogos, la decoración, pero nos faltan los protagonistas. En las siguientes entregas hablaremos de aquellos elementos protéicos; esta semana nos enfocaremos a los pescados y mariscos.

Los pescados, mariscos y moluscos son productos muy nobles, ya que pueden ser preparados de diversas formas y en combinación con ingredientes variados. En caso de que a tu famila no le guste mucho el sabor de estos productos te recomiendo preparlos con alguna salsa, como la bechamel, para ocultar un poco el sabor o el aroma; también puedes prepararlos empanizados y fritos, como los deditos de pollo o las palomitas de camarón.

Hay ciertas condiciones de la apariencia de los pescados que se tienen que considerar antes de comprarlos para asegurar que estamos adquiriendo un producto en buen estado.

El aroma deber ser fresco, por ninguna razón adquieras un pescado con olor demasiado penetrante.

La carne debe estar firme al tacto y después de presionarlo ligeramente, ésta debe regresar a su esado anterior.

Las escamas deben verse brillantes y firmes.

Los ojos deben tener brillo y transparencia.

Cuando hagas la compra de pescado fresco entero es recomendable que lo laves y retires las vísceras antes de refrigerarlo, de este modo, además de que lo tendrás listo para usar cuando quieras, tendrá un mayor tiempo de vida. Consérvalo en un recipiente hermético para evitar que contamine otros alimentos refrigerados.

Es común encontrar gente que prefiere evitar el consumo de pescados por temor a encontrarse alguna espina, para evitarlas es preferible comprar lomos en lugar de postas o filetes.

Los mariscos, así como los pescados, pueden consumirse calientes o fríos, como en el caso de los ceviches, ensaladas o cocteles.

La cocción de mariscos se hace por lo general en agua caliente con sal de grano; la proporción adecuada es de 100 gramos de sal gruesa por cada litro de agua. Si la cocción se hiciera en algún caldo hay que reducir la cantidad de sal a 35 gramos.

Cuando se cocinan moluscos, como las almejas, ostras o mejillones, es necesario descartar aquellas piezas que no se hayan abierto, ya que indica que esos productos no eran frescos, de este modo se pueden evitar intoxicaciones.

Otro de los puntos importantes a considerar es la cocción de este tipo de productos, ya que si se llevan a un punto de sobrecocción la carne se vuelve dura y chiclosa.

De cualquier forma los pescados y los mariscos representan una rica fuente de nutrientes, existen diversos modos de enmascarar un poco el sabor o la consistencia y poderlas preparar al gusto de los comensales.


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