Reflexiones sobre alimentación y salud para el día de las madres

Las mujeres, en especial las mamás estamos acostumbradas a dar y a procurarles a los demás. Nos enseñan a atender a otros y nuestros roles en la vida, especialmente el de madre, nos fomentan este comportamiento. Es lindo ver por los demás y ayudarlos a sacar provecho de la vida y sus oportunidades, pero también es importante cuidarnos a nosotras mismas y procurarnos más.
En general, las mujeres, y otra vez, sobre todo las mamás, estamos poco acostumbradas a cuidarnos y a dedicarnos tiempo. Muchas veces hasta nos sentimos culpables si hacemos algo por nosotras mismas o nos tomamos un tiempo libre… y eso es un error.

El mejor regalo que podemos darles a nuestros hijos y a nuestras familias, y también a nosotras mismas, es estar allí, sanas y fuertes, para acompañarlos y poder gozar la vida juntos. Y si no nos cuidamos, pues las probabilidades de lograrlo a mediano plazo, van bajando. Nuestras familias nos quieren aquí, cerca de ellos y nos necesitan fuertes, sanas, pero sobre todo nosotras nos merecemos estar bien, sentirnos bien y sacarle jugo a nuestra vida.
Por eso, el mejor regalo de este día de las madres te lo puedes dar tú misma. Y es un regalo que disfrutarás, antes que nadie, pero que también hará feliz a tu familia, especialmente a tus hijos que te podrán gozar más. Este regalo precioso, mejorará tu salud, te brindará bienestar y te ayudará a vivir más años con más bienestar. Se trata de una alimentación de calidad.
Una alimentación de calidad es aquella que primordialmente contiene alimentos de alto valor nutrimental y moderado aporte energético, o sea muy ricos en nutrimentos esenciales e importantes, como vitaminas, minerales, fibra, proteínas y grasas o lípidos saludables, pero no muy alta en calorías, o sea en energía. Y que esta dieta sea rica y apetecible es importante también, pues nuestra alimentación debe satisfacernos biológicamente, pero también en la parte social, emocional y psicológica.
Para armar una dieta correcta, de muy buena calidad hay que empezar por escoger con cuidado los ingredientes para nuestros platillos, luego almacenarlos en las condiciones que protejan su calidad sensorial, microbiológica y nutrimental; cocinarlos con técnicas que conserven, mejoren su sabor, su apariencia y que protejan los valores nutrimentales sin agregar mucha grasa, azúcar ni sal y servirlas en porciones moderadas, adecuadas para cada integrante de la familia. En esta ocasión centraremos nuestra reflexión en el primer punto, o sea en la selección de los ingredientes que más nos convienen.
Sin duda una dieta correcta es un primer paso para el bienestar y para lograrla hay que poner énfasis en elegir alimentos ricos en fibra, vitaminas, minerales y otros nutrimentos esenciales. Una dieta que incluya todos los dís 5 porciones de verduras y frutas; en la que se prefieran los derivados de los cereales, como panes, pastas, galletas o cereales de desayuno altos en fibra, integrales y de grano entero, pero bajos en grasa, azúcar o sal; una dieta que favorezca el consumo de leguminosas como garbanzo, frijol, haba o lenteja, y que cuando incluya alimentos de origen animal, como carnes, aves o lácteos, los favorezca bajos en grasa, o éstos sean magros o descremados.

Lástima que las mujeres casi nunca pensemos en nosotras y sobre todo las mamás no nos preocupemos tanto por nosotras como por el resto de la familia. Por eso, este día de las madres regálate una dieta con más calidad, que incluya verduras, frutas, cereales integrales, leguminosas, productos de origen animal magros y descremados y una rutina de vida más consciente, que incluya actividad física regular, rutinas de ejercicio, descanso y momentos de recreación, una hidratación completa y un chequeo médico por lo menos una vez por año.

Salud para todo tu cuerpo y para que tu familia te disfrute no solo este 10 de mayo, sino a lo largo de todo el año.