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Nutrir mi bienestar en vacaciones junto a la familia.

Nutrir mi bienestar en vacaciones junto a la familia

Tips básicos para que las vacaciones sean días para disfrutar y descansar, buscando tu bienestar y el de tu familia.

¡Llegó el verano! Para muchas es un merecido descanso, pero también una nueva oportunidad para “nutrir mi bienestar”; encontrar formas de estar contigo, sin presiones.

Parecería complicado enfocarnos en nosotras cuando también los niños están de vacaciones, pero es un pretexto para estar en familia y emprender aventuras que diviertan a todos. Recuerda la diversión consciente también nutre el bienestar.

Bienestar en familia

Platica con tus hijos y planeen juntos una actividad para cada día; quizá un juego de mesa, una actividad al aire libre o ver una película en familia.

La idea es compartir los gustos de cada uno, conocerse más, volver a ser niños y sorprenderse con los gustos de toda la familia.

Si tienes hijos pequeños te recomiendo leer ¿Cómo enseñar a mis hijos a comer con bienestar? El verano es un gran momento para cambiar hábitos con ellos.

Si tus hijos son adolescentes es un momento en que pueden reencontrarse y aprovechar para hacer ejercicio juntos. Son muchos los beneficios físicos y psicológicos del ejercicio: salud cardiovascular, mayor resistencia, sensación de fuerza y satisfacción de lograrlo.

Los días de aburrimiento pueden terminarlos con una clase de baile, ya sea en un gimnasio o mejor aún si tú les enseñas a bailar lo que ellos no saben y ellos te enseñan a ti los nuevos ritmos. La risa y el movimiento les ayudarán a nutrir el alma y cuerpo.

La idea es ser creativos con las actividades para que sea novedad y les parezca atractivo a todos.

Si no es baile pueden elegir un deporte como tenis, fútbol, o cualquier otro que los invite a moverse y ejercitar el cuerpo.

Tu bienestar

Una vez que has atendido el bienestar de tu familia, llega el momento de darte un tiempo para ti, consentirte y hacer lo que te gusta. Un rato que te mereces y puedes dártelo, solo deja los pretextos en el clóset y enfócate a ti.

Recuerda no juzgar tus deseos, ni te sientas culpable por regalarte un tiempo para ti. A medida que tú estés feliz y satisfecha contigo, tu entorno también lo estará.

  • Haz una lista de las cosas que quieres hacer y no te ha dado tiempo: leer un libro, ir al cine, darte un masaje, ver una película, arreglarte las uñas, bañarte con calma y aplicarte tratamientos, entrar a alguna clase de ejercicio o estudio, por ejemplo.
  • Ahora haz una lista de prioridades y agenda las actividades para cada día.
  • Cuando termines cada actividad escribe cómo te sientes por haberte dado esa oportunidad.
  • Revisa si era eso realmente lo que querías.
    • Si no quedaste satisfecha, observa qué te faltó y cómo puedes incorporarlo la próxima vez.
    • Si quedaste satisfecha, observa qué te falta en tu vida cotidiana para sentirte así y empieza a trabajar en ello, para que al terminar el verano puedas seguir nutriendo tu bienestar.
  • Si las actividades que planeaste con tu familia no cumplieron tus expectativas, recuerda que estás probando nuevas formas y que mañana será otro día.
  • Observa con tu familia qué aprendieron cada uno de los gustos del otro.
  • Recuerda poner tu atención en lo que se logró, en lo que tienen y no en las fallas y lo que no hay.
  • Es importante que tomes en cuenta que las vacaciones son para descansar así que este punto también es un objetivo para todos.

Disfruta de las vacaciones.


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