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Un Halloween con menos dulces

Un Halloween con menos dulces

Se acerca el momento de pedir Halloween. Un día especial para los más pequeños de la familia. Y es que el hecho de disfrazarse, salir a recorrer la calle y que te regalen dulces es sumamente atractivo para los chiquitos, pero también puede ser una oportunidad para nosotros para educarlos en los hábitos saludables que […]

Se acerca el momento de pedir Halloween. Un día especial para los más pequeños de la familia. Y es que el hecho de disfrazarse, salir a recorrer la calle y que te regalen dulces es sumamente atractivo para los chiquitos, pero también puede ser una oportunidad para nosotros para educarlos en los hábitos saludables que son el único camino para que se conviertan en adultos sanos con peso corporal adecuado y con menor probabilidad de padecer enfermedades crónico degenerativas.

Este día de muertos puede ser nuestra oportunidad para enseñarles a los niños de nuestra casa a disfrutar sin excesos.
Cómo habríamos agradecido esa lección lo que ahora andamos cerca de los 40.

Y es que de verdad, la fiesta no tiene que girar alrededor de los dulces y de la cantidad de ellos que nos regalan o que consumimos podemos disfrutar igual comiendo menos dulces, compartiendo con un amigo o con un niño en situación económica menos ventajosa lo que nos regalaron….el chiste es aprender a preciar la compañía y la diversión y poner, en todas nuestras fiestas, menos énfasis en la comida o la bebida.

Ayuda a tus hijos a estar contentos con menos dulces, a comerse solo los que se les antojan muchísimo y en cantidades muy moderadas, es un reglo para la vida.

Y para nuestros regalitos, tratemos de ofrecerles a los niños que nos visiten opciones diferentes pero saludables, en vez de los tradicionales dulces que pueden aportar demasiada azúcar y contribuir a la ganancia de peso, a las caries dentales y a los hábitos no tan correctos.

¿Qué tal ofrecerle a nuestros visitantes unos “dedos” de salchicha de pavo con sus uñas de almendra fileteada y un poco de salsa de tomate tipo cátsup? O que tal unas jícamas rebanadas en forma de murciélagos (córtalas con un molde para cortar galletas de metal) con sus gotas de chamoy en los dientes.

Las posibilidades son muchas, basta echar a volar la imaginación, permitirnos salir de la costumbre de ofrecer siempre y solo dulces y filtrar nuestras decisiones por el filtro de la salud y la dieta correcta.

Así que a ofrecerles a los niños “pócima con ojos de gato” o sea agua de Jamaica con un poco de refresco de limón bajo en azúcar y uvas verdes frescas, o unas galletas de avena en forma de calabazas, bolas de palomitas sin sal pegadas con miel de maíz o una nieve casera de fruta fresca y con casi nada de azúcar.

Haz la prueba; sorprende a los vecinos y amigos; y enséñale a tus hijos que lo importante es la fiesta, la compañía y la alegría y no tanto la comida y la bebida.

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