Consejos para armar recetas para niños que viven con diabetes
Los niños que viven con diabetes tienen todo el derecho de disfrutar la vida y de comer de todo. Sólo tienen que ser más cuidadosos en las cantidades de ciertos alimentos que consumen y de elegir alimentos y bebidas ricos en nutrimentos que beneficien a su cuerpo.
Muchas personas sienten que cuando un niño es diagnosticado con diabetes, debe de ser motivo de preocupación o angustia. Y aunque esta es una enfermedad grave, no tiene por qué ser una sentencia de ningún tipo. Hoy sabemos suficiente sobre la diabetes como para poderla controlar perfectamente y poder asegurar al pequeño, o a quien la padece, una vida larga y feliz, con mucha calidad.
Lo importantes es tomar acción de inmediato. El primer paso es controlar el peso corporal. Si el pequeño tiene sobrepeso, hay que atacarlo y alcanzar un peso corporal saludable. El mejor camino es consultando con un profesional de la salud, o, mejor aún, de la nutrición.
Lo segundo es incluir en las rutinas cotidianas del pequeño actividad física y ejercicio, de preferencia una hora diaria de ejercicio moderado pero continuo. Lo ideal es que participe en algún deporte o tome clases de ejercicio, adicionales a las que se ofrecen como parte del currículo escolar.
Luego, hay que ajustar la dieta y para lograr esto, hay que empezar por fraccionarla correctamente. Para el niño que vive con diabetes los horarios de las comidas son muy importantes. Debe de desayunar siempre y antes de que pasen 2 horas de haberse levantado. También es esencial que consuma dos colaciones o refrigerios, uno a media tarde y otro a media mañana, ambos cerca de 3 horas después de la comida anterior.
Cada uno de estos refrigerios deberá contener una verdura o fruta y otro alimento, de alta calidad nutrimental, como semillas oleaginosas, alimentos de origen animal bajos en grasa o una galleta o barrita integral, además de un gran vaso de agua. La comida y la cena deben de ser equilibradas, con un alimento de cada uno de los tres grandes grupos y con preparaciones bajas en azúcares, sal y grasa. La cena siempre más ligera que la comida.
Para armar los menús piense siempre primero en una verdura o fruta. Acompáñela con un producto de origen animal, cárnico o lácteo, bajo en grasa (magro o descremado) y un alimento del grupo de los cereales, pan, tortilla, pasta o arroz, de preferencia integral y bajo en azúcares.
Cuide la cantidad de azúcar y de harinas refinadas que consume su hijo. Aunque estos no son alimentos prohibidos, si es importante que la cantidad sea moderada y que en la misma comida no se ingieran varios ingredientes de este grupo. Cuide también la cantidad de grasa consumida y prefiera siempre grasas de origen vegetal. Que el pequeño no consuma tocino., chorizo o chicharrón y que las preparaciones fritas sean las menos posibles.
Y cuando se trate de dulces, frituras, golosinas o antojos, que sea la moderación la que impere. Poco, de vez en cuando, y así cualquier alimento cabe en la dieta de su pequeño que tiene que aprender a vivir con diabetes.
Nota de
Cocina con Alegría
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