La hidratación correcta en los niños
Muchas veces nos preocupamos de lo que comen o dejan de comer nuestros niños porque sabemos que puede impactar su desarrollo, su bienestar y su capacidad de trabajo físico y mental, incluida la concentración. Pero lo que pocas veces pensamos es que también la correcta hidratación es fundamental en los niños para el correcto trabajo de los sistemas, incluido el sistema nervioso y el cerebro que nos ayuda a garantizar un óptimo rendimiento físico y mental.
Lástima que casi nunca estamos bien hidratados y que sobre todo para los niños resulte difícil lograrlo.
Y es que las necesidades de líquidos en los niños son grandes. Ellos tienen un mayor porcentaje de agua en su sistema y no sólo es éste su principal constituyente, sino además el medio de transporte, reacción y excreción necesario del cuerpo.
Los niños requieren, dependiendo de su tamaño y peso, su edad y su actividad física; además del clima donde viven, cerca de 2 ó 2.5 litros de agua por día. Para quienes viven en climas muy calientes y húmedos o para quien sufre climas muy fríos y secos se ven aumentadas hasta cerca de 3 litros. De esas necesidades de agua, reciben cerca del 20% o sea 400 a 600 ml de los alimentos como sopa o fruta que consumen. Y el resto se los debemos de brindar a través de líquidos.
Vale la pena decir que todos los líquidos o bebidas contribuyen a una correcta hidratación y que lo importante es contabilizar si aportan otros nutrimentos o calorías dentro de la dieta.
Las bebidas no se excluyen del conteo total de la dieta, pero la evidencia ha mostrado que aquellas personas, considerando a los niños, que consumen una gran variedad distinta de bebidas, tomando en cuenta el agua pura, alcanza más fácilmente sus metas de hidratación.
Con los niños hay que aprender a ofrecerles líquidos a lo largo del día, más o menos cada 2 ó 3 horas en cantidades cercanas a un vaso de 250 ml, porque ellos muchas veces no son muy buenos en identificar la sed o la necesidad de beber.
Cuando los niños sienten sed, muchas veces han perdido ya el 1 al 2% de su peso corporal y se sienten con náusea, dolor de cabeza y cansados a causa de la deshidratación.
La deshidratación con golpe de calor en los días de sol, como estos de primavera es especialmente frecuente y es una condición que los adultos debemos de minimizar ofreciendo líquidos a lo largo del día y educando a los niños a beber siempre, aun cuando no tengan sed y a disfrutar del sabor del agua sola; además deben de aprender a quitarse capas de ropa conforme sube la temperatura del ambiente.
Otro regalo para el día del niño. Cuidar a nuestros chiquitos en cuestiones de hidratación. Educarlos a consumir suficientes líquidos para garantizar su bienestar y ayudarlos a disfrutar el sabor del agua sola además de otras bebidas, sin olvidar contabilizar las calorías o los otros nutrimentos que las bebidas puedan aportar.
Nota de
Cocina con Alegría
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