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Hipoglucemia o hiperglucemia durante el embarazo

Hipoglucemia o hiperglucemia durante el embarazo

Si tienes diabetes debes cuidar muy bien tus hábitos alimenticios para no provocar hipoglucemia o hiperglucemia.

Durante el embarazo las mujeres cambian un poco sus hábitos alimenticios, la rutina de actividades e incluso las visitas al doctor. ¿Pero qué sucede cuando existe hipoglucemia o hiperglucemia durante el embarazo?
Ten en cuenta de que aunque te examines rigurosamente la glucosa en la sangre, las mujeres que padecen de diabetes tienen una mayor probabilidad de tener niveles bajos de glucosa, denominado hipoglucemia, cuando están embarazadas. La hipoglucemia puede ocurrir si no consumes suficientes alimentos, si omites alguna comida, si no comes a la hora adecuada del día o si haces demasiado ejercicio.
Algunos síntomas de la hipoglucemia son: mareos, temblores, hambre repentina, sudor y debilidad.

Si crees que estás presentando síntomas de hipoglucemia, examina tu nivel de glucosa en la sangre de inmediato. Si se encuentra debajo de 60 mg/dL, come o bebe algo, como un vaso de leche, unas galletas saladas o tabletas especiales de glucosa. Habla con tu familia para que ellos sepan qué deben darte en caso de que te sientas mal.

El nivel de glucosa en la sangre también puede subir demasiado, lo que se denomina hiperglucemia. Cuando el nivel de glucosa está demasiado alto, el organismo puede producir unas sustancias llamadas cetonas y que pueden ser perjudiciales para tu bebé.

La hiperglucemia puede ocurrir si comes más de lo habitual, si estás enferma o menos activa de lo normal. Si tienes hiperglucemia habla con tu médico o clínica de atención médica. Es posible que necesites cambiar tu alimentación, rutina de ejercicio o los medicamentos.

Aliméntate bien
Llevar una dieta saludable y bien balanceada es una parte vital de cualquier embarazo, ya que tu bebé depende de los alimentos que tú consumes para su desarrollo y nutrición. En las mujeres que padecen de diabetes, la alimentación es aún más importante. No alimentarse adecuadamente puede producir niveles de glucosa demasiado altos o demasiado bajos. La cantidad de calorías que debes consumir cada día depende de tu peso, la duración del embarazo, tu edad y tu nivel de actividad.

Tu médico o tu clínica de atención médica podrían recomendarte acudir a un dietista o educador de la diabetes para ayudarte a planear tus comidas. En la mayoría de los casos, el plan de comidas consiste en comer varias comidas y bocadillos (meriendas) pequeñas durante el día y antes de ir a dormir.

Durante el embarazo es importante vigilar la cantidad de peso que aumentas. El peso que debes aumentar depende de tu peso antes de quedar embarazada. Si tu peso era normal antes del embarazo, debes aumentar entre 9 y 11 kilos. Si tu peso estaba por debajo del nivel normal, debes aumentar un poco más de peso, pero si tienes sobrepeso debes subir menos.

Haz ejercicio
Otra parte vital de un embarazo saludable es el ejercicio. El ejercicio ayuda a mantener normalizados los niveles de glucosa y ofrece muchos otros beneficios, por ejemplo: controla el peso, aumenta la energía, te ayuda a dormir mejor y reduce los dolores de espalda, el estreñimiento y la hinchazón abdominal debido a gases. Colabora con tu médico o clínica de atención médica para decidir el tipo y la cantidad de ejercicio que son adecuados para ti. Lo mejor es tratar de hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio casi todos los días de la semana.

Medicamentos
Si usabas insulina antes del embarazo para controlar la diabetes, la dosis de insulina generalmente aumentará mientras estás embarazada. Durante el embarazo puedes usar insulina sin riesgo. La insulina no causa defectos congénitos. Si usas una bomba de insulina antes de quedar embarazada, probablemente la seguirás usando. A veces, sin embargo, es posible que necesite cambiar a inyecciones de insulina.
Si generalmente tratas la diabetes con medicamentos orales, tu médico o clínica de atención médica podría recomendar cambiar la dosis o indicarte usar insulina mientras estás embarazada.

Pruebas o exámenes especiales

A medida que progresa tu embarazo, tu médico o clínica de atención médica ordenará algunas pruebas o exámenes especiales para determinar el tamaño y el estado de tu bebé. Estas pruebas o exámenes le permiten al médico o clínica de atención médica detectar posibles problemas y tomar medidas para tratarlos.

Se puede hacer un examen de ecografía (ultrasonido) especializada en el segundo trimestre para detectar defectos congénitos visibles. Los exámenes de ecografía se pueden repetir en las semanas posteriores para dar seguimiento al desarrollo del bebé.

La siguiente prueba se pueden hacer a partir de las semanas 32-34 de embarazo y repetirse en las semanas posteriores: Recuento de patadas. Este es un registro de la frecuencia con que siente los movimientos del bebé. Un bebé sano tiende a moverse la misma cantidad todos los días. Te podrían pedir dar seguimiento.


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