
¿Intolerancia al trigo?
En los últimos meses y años hemos oído hablar, cada vez más, de la enfermedad o condición celiaca, y es que parece que se ha vuelto más común de lo que parece. Se trata de una intolerancia al trigo y otros cereales que contienen un complejo de proteínas conocido como gluten.
El trigo, el sorgo, el centeno y en menores proporciones la avena, contienen dos proteínas, la gliadina y la glutenina que durante el amasado para la formación de mezclas y en presencia de agua forman una red proteica muy elástica y capaz de atrapar aire conocida como gluten.
Gluten hay en todos los panes, galletas, pasteles y pastelillos; en las pastas para sopa y tipo italianas, y en muchos productos en los que la harina de trigo se usa para espesar, como leches saborizadas, salsas y aderezos, productos lácteos líquidos y bebidas.
Aparentemente para nuestro sistema digestivo no es fácil romper este sistema proteico, y muchas veces logra pasar intacto por las paredes intestinales. Otras veces lastima las vellosidades que recubren la parte interior del intestino, dejando las mucosas expuestas e impidiendo la correcta digestión y absorción de los nutrimentos contenidos en los alimentos que comemos.
Siempre se ha sabido que un porcentaje pequeño de la población, cercano a 1%, que presenta diarreas crónicas e inexplicables, es sensible al gluten, en quienes las manifestaciones son digestivas y que se mejoran cuando se eliminan todos los productos de trigo, e incluso de los otros cereales que contienen gluten en menores cantidades, de la dieta por completo y casi para siempre. A ellos se les conoce como celíacos.
Lo que es novedoso es que en los últimos años los expertos, sobre todo los de las vertientes más naturistas y holísticas de la medicina y la salud, han utilizado una dieta libre de gluten para tratar, con mucho éxito, condiciones tan diversas como rinitis, sinusitis crónicas, dermatitis y otras enfermedades poco específicas de la piel e incluso somnolencias y cansancios crónicos acompañados con inflamación.
Lo que parece suceder es que el gluten al no ser digerido pasa por las paredes intestinales lastimadas y llega al torrente sanguíneo intacto, donde es reconocido como un agente alergénico que se combate con inflamación y secreción de mucosidades y flemas, de allí la inflamación y las grandes secreciones de mocos.
Hoy la dieta libre de gluten, aunque es restrictiva y difícil de seguir se usa mucho, tanto para el tratamiento de diarreas crónicas e inexplicables como en el manejo de pacientes con síntomas respiratorios y/o de la piel difíciles de combatir, ellos no se consideran celiacos, pero responden bien a la dieta, y finalmente, el resultado es el que cuenta.
Nota de
Cocina con Alegría
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