fbpixel
Skip to main content
Inicio » Notas con Alegría » ¡A comer! » De Puebla para el mundo: El Mole
De Puebla para el mundo: El Mole

De Puebla para el mundo: El Mole

Para celebrar el aniversario de La Batalla de Puebla, que se conmemora cada 5 de mayo, hoy nos trasladamos a Puebla de los Ángeles, hermoso estado de la República, con el fin de conocer la historia de uno de sus más ricos y representativos platillos: el mole poblano. De textura gruesa, profundo sabor, aroma ahumado […]

Para celebrar el aniversario de La Batalla de Puebla, que se conmemora cada 5 de mayo, hoy nos trasladamos a Puebla de los Ángeles, hermoso estado de la República, con el fin de conocer la historia de uno de sus más ricos y representativos platillos: el mole poblano.

De textura gruesa, profundo sabor, aroma ahumado y sabor glorioso, es el mole un icono de la gastronomía nacional, cuyos ingredientes y particular preparación, ejemplifican la complejidad y riqueza de nuestra cultura.

El  mole poblano tradicional lleva aproximadamente 20 ingredientes, entre los que destacan: variedad de chiles, tortilla frita, chocolate, nueces y  especias como el clavo y la canela. Su preparación es larga, ya que cada ingrediente es cocinado previamente para después unirse con los otros y crear esta maravillosa salsa de sabor único.

Sobre su nacimiento hay tantas leyendas como ingredientes pero les comparto la más aceptada.

En el México precolombino a cualquier tipo de salsa se le llamaba “mulli”. Los historiadores relacionan dicho vocablo con el nombre del protagonista de esta nota.

El mole, el platillo que tiene su propia historia culinaria

También se cuenta que en la época virreinal, un importante jerarca de la iglesia invitó al virrey de la Nueva España a que conociera su Diócesis, ubicada en la Puebla de hoy.

El obispo llamó a las monjas del convento de Santa Rosa de Lima, para que prepararan un delicioso y original platillo, mejor que cualquier otro,  que agasajara al gobernante.

La misión fue encargada a Sor Andrea de La Asunción, que era la mejor cocinera del convento. La monja se rompió la cabeza durante algunos días hasta que su creatividad despertó y el mole llegó a su mente.

Lo preparó pacientemente y con precisión. El Virrey hambriento comió la novedosa preparación y quedó sorprendido por su delicioso sabor y aterciopelada textura.

Otra anécdota cuenta que en otro convento se comenzó a hacer la salsa y mientras molían los ingredientes una monja dijo mole en vez de muele y de ahí surgió el nombre.

Muchos de los platillos más ricos y sofisticados de la cocina nacional surgieron en los conventos, así que agradezcamos a las monjas y su creatividad culinaria, porque gracias a ella hoy podemos saborear un delicioso Mole Poblano cuando se nos antoje.


Deja una respuesta


Nota de

Cocina con Alegría

Recetas de comida, botanas, postres, ensaladas y mucho más, y los mejores consejos de nuestros chefs, nutriólogos y coaches.


Recetas recomendadas
Suscríbete a nuestro Boletín