¿Como de todo o no como nada?
Las personas que vivimos a dieta estamos viviendo constantemente en los extremos: siguiendo la dieta o rompiendo la dieta. Eso es vivir en el extremo de la restricción o la compulsión.
Cuando estoy haciendo dieta tengo que dejar de comer muchos de los alimentos que me gustan, o los que utilizo para escapar de los sentimientos incómodos. Entonces, después de un tiempo llega la desesperación por probarlos o el detonante es alguna situación que creo difícil de manejar y es en este momento, que me invade la necesidad de romper la dieta, empezaré a comer de forma compulsiva.
Esta compulsión es la respuesta a la privación de los alimentos: si me está prohibido comer pan, seguramente estaré deseando comer pan por muchos días y cuando decida comerlo no solo comeré uno, mi castigado antojo me llevará a terminarme la bolsa entera. Lo mismo pasa con las emociones que me estoy negando sentir o que no quiero ver.
Por ejemplo: cuando no puedo decir que “no” y termino diciendo que “si” o cuando tuve algún sentimiento que me hace sentir culpable, buscaré un alimento que me haga sentir culpa y de esta forma podré expresar contra mi lo que en realidad quiero decirle a otra persona o situación.
Es en estos momentos cuando más necesito poner atención en mi sentir y en mi entorno, no sólo en la dieta. Este es un llamado de atención de que algo en mi vida está sucediendo y requiere ser revisado. Solo haciéndole caso a estas pequeñas pistas podré parar la compulsión, podré poner en orden mi alimentación y seré capaz de ver el punto medio en mi forma de comer.
Te invito a que dejes de vivir en los extremos de todo o nada, de restricción o compulsión y te des la oportunidad de vivir con mucha más atención a tus emociones y a tu hambre estomacal, para encontrar un verdadero camino al bienestar.
Nota de
Cocina con Alegría
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