Y tu nieve ¿de qué la quieres?

La primavera llegó muy intensa y, con el calor lo que más se antoja es algo ligero y refrescante.

Para cumplir con ese antojo y mitigar los efectos de las altas temperaturas, la cocina mexicana nos ofrece una enorme gama de ricas nieves. Las hay de mil sabores, desde la tradicional de limón, de mezclas más exóticas como la llamada beso de ángel, hasta de tequila.

Las nieves se elaboran a partir de mezclas de pulpa de fruta con azúcar y agua, en algunos casos se les adiciona leche, crema y licor. La forma tradicional de preparación consiste en introducir la mezcla dentro de un bote hecho con aluminio, que está recubierto por una tinaja de madera, entre las dos se añade gran cantidad de hielo y sal. El siguiente paso es girar el envase metálico durante muchas horas para que la nieve tome forma.

El dulce placer de saborear una nieve

Estos dulces congelados que se derriten en la boca y saben delicioso han estado presentes dentro de la gastronomía nacional desde hace mucho tiempo. En la época prehispánica se preparaban con nieve traída de las montañas y frutas como el mamey, capulina y cacao, mieles y otros ingredientes. Un dato interesante es que este platillo sólo podía ser disfrutado por sacerdotes y nobles importantes en celebraciones religiosas especiales.

Si te gusta mucho este postre te recomiendo asistir a La Feria de la Nieve, que se realiza cada año en la delegación Xochimilco en el pueblo de Santiago Tulyehualco. Ahí se reúnen un gran número de neveros con el fin de ofrecer sus clásicas y también exóticas creaciones como nieve de nopal, camarón, chicharrón, en fin, más de mil sabores en un mismo lugar.

Disfruta de las nieves mexicanas, atrévete a probar sabores diferentes y que el calor te sea leve.