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La michelada: regalo de la revolución

La michelada: regalo de la revolución

No hay nada más refrescante que una cerveza bien fría y por favor corríjanme si me equivoco, porque cuando llega el verano y el sol pega fuerte, lo que muchas veces se antoja es un tarro recién salido del congelador con esa bebida dorada y amarga en su interior. La cerveza es un líquido no […]

No hay nada más refrescante que una cerveza bien fría y por favor corríjanme si me equivoco, porque cuando llega el verano y el sol pega fuerte, lo que muchas veces se antoja es un tarro recién salido del congelador con esa bebida dorada y amarga en su interior.

La cerveza es un líquido no destilado, producto de la fermentación de granos de cebada u otros cereales, su sabor es amargo, un tanto áspero, pero sin duda muy agradable. Es una bebida, cuyo proceso de elaboración, ya se llevaba a cabo hace miles de años, se cree que los egipcios ya bebían un líquido producto de un procedimiento que involucraba la fermentación de granos.

Los mexicanos somos orgullosamente “cheleros” y disfrutamos de esta ancestral bebida en muchas formas; una de estas es la michelada, que curiosamente es una preparación hecha en México, y que por su sabor y aceptación, es saboreada en diversas partes del mundo.

La michelada es una de las variantes con las que decoramos la cerveza y la transformamos en una bebida aún más refrescante; añadiéndole acidez, un toque salado y una enriquecedora dosis de salsa picante. Todos estos ingredientes resaltan su delicioso sabor y la dotan de propiedades súper refrescantes.

Sobre quién es su creador se dice mucho y varias personas han intentado atribuirse su invención, pero la historia más aceptada es la siguiente: Se cree que la michelada nació en tiempos revolucionarios y fue producto de la creatividad del general Augusto Michel, originario de San Luis Potosí.

El caudillo visitaba frecuentemente un pequeño establecimiento, donde siempre pedía una cerveza y la preparaba de una manera muy creativa. Solía prepararla en un vaso con hielo, al que añadía sal, pimienta, jugo de limón, diversas salsas sazonadoras como salsa de soya y salsa picante, y por último vertía la cerveza.

Fue así como otros comensales empezaron a ver la original forma de beber cerveza del General Michel y rápidamente esta preparación comenzó a tener adeptos. El dueño del restaurante decidió bautizar esta bebida con el nombre de su inventor.

Actualmente la michelada sigue siendo una de las bebidas predilectas de los sedientos y la receta original ha sido fuente de inspiración de otras variantes como la cerveza con clamato; la gomichela que lleva gomitas picantes y chamoy, entre otras exóticas combinaciones.
 
¡Así o más antojable!


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