5 pasos que te ayudarán a NO comer SIN hambre.

Ya vimos cuatro pasos importantes para aprender a no comer cuando no existe hambre real. Veamos el último paso.

Hay que practicar el agradecimiento. Uno de los conceptos erróneos que tenemos como comedores emocionales, y quizá el más grande de todos, es creer que la felicidad llegará a nosotros cuando estemos delgados y hayamos perdido todos los kilos que nos estorban. Esta creencia está muy alejada de la realidad. Tener la habilidad de elegir opciones sanas para vivir y comer es más fácil para aquellas personas que están felices con ellos mismos y su vida.

Diferentes teorías psicológicas y de vida llegan siempre al mismo punto: la felicidad es una actitud ante la vida y no un estado permanente. La vida en sí, no es permanente, cambia todos los días, por lo que es vital recordar que la vida sucede hoy, no mañana ni cuando baje de peso.

Una forma de empezar a vivirnos con mayor alegría y felicidad es «ser agradecidos». Te preguntarás: ¿De qué? ¿De los kilos demás que tiene tu cuerpo o de tu manera de comer? Pues la respuesta es sí y no. Es decir, cuando hacemos el ejercicio de agradecer lo que tenemos, lo que hacemos o lo que somos, nuestra mirada se ve obligada a poner atención en apreciar las cosas buenas o afortunadas que nos suceden o hacemos; por consecuencia, empezamos a vivir una vida entusiasta, positiva y feliz.

Podría sonarte sin sentido para seguir trabajando en tu relación la comida, pero centrar tu atención en las cosas agradables que te suceden y ver la vida más positiva, te alejará del hambre emocional, que es la que te lleva a comer sin hambre estomacal, real.

Después de haber leído estos cinco pasos para no comer sin hambre real, la gran pregunta es: ¿Te darás la oportunidad de dar un cambio positivo a tu vida?

Recuerda que “Elegir bienestar, solo depende de tu responsabilidad y del amor que decidas darte momento a momento”.