El descontrol después de las vacaciones y la dieta.

Durante las vacaciones es común, para quienes somos comedores emocionales, que nos demos permiso de comer de todo y hasta demás. Quizá algunos días nos sentimos inflamados o muy llenos después de comer, pero la frase que nos invita a seguir comiendo aparece continuamente: “nadie está a dieta en vacaciones” “regresando vuelvo a la dieta” y claro, al regresar a casa vuelve el miedo a la báscula y la obsesión por bajar de peso.

Mientras nuestros pensamientos sigan siendo los mismos: “estoy a dieta o no estoy a dieta” la conducta será el resultado de ellos y nos encontraremos rompiendo la dieta cada vez que se presente la oportunidad. Para que este círculo vicioso termine y como ya lo hemos visto antes, es importante volver la confianza a nuestro cuerpo.

Reconocer que podemos comer lo que el cuerpo necesita cuando tenemos hambre estomacal, tomando en cuenta que lo que comamos ahorita, será lo que nos dirá como nos sentiremos más tarde. Siguiendo la naturaleza del cuerpo, encontrar el punto en el que el estómago ya está satisfecho, más no lleno y dejar de comer en ese momento.

La confianza se va desarrollando y crece cuando podemos elegir, no solo lo que queremos comer, sino también como queremos sentirnos, y cuando la elección es sentirnos bien y saludables, seguramente vamos a comer lo que nos haga sentir de esta manera. La confianza se desarrolla cuando se aprende de la experiencia real, y esta experiencia no nos la va a dar un papel que diga que debemos comer, solo el cuerpo será el mejor indicador.

Una vez que logramos recuperar la confianza en el cuerpo, será mucho más sencillo cuidar la relación con la comida, para que esta nos lleve al bienestar, sin importar si estamos de vacaciones o en un restaurante o en la vida diaria.

Te invito a revisar el artículo “cambia tu idea de estar a dieta por estar alerta” en esta misma sección, donde encontrarás sencillos tips que te ayudarán a encontrar bienestar.