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El bebé y tú

El bebé y tú

Cuando uno tiene un bebé, sobre todo cuando es el primero, quiere hacerlo todo bien, pero eso no siempre resulta fácil. Y es que uno no sabe qué debe de hacer y cuándo se debe de hacer cada cosa. Esto es especialmente cierto en lo que respecta a su alimentación. Saber qué ofrecerle al bebé […]

Cuando uno tiene un bebé, sobre todo cuando es el primero, quiere hacerlo todo bien, pero eso no siempre resulta fácil. Y es que uno no sabe qué debe de hacer y cuándo se debe de hacer cada cosa. Esto es especialmente cierto en lo que respecta a su alimentación. Saber qué ofrecerle al bebé y cuando ofrecer cada alimento no es sencillo. Y si se cometen errores se puede incurrir en riesgo de molestias digestivas y de probables alergias en el futuro.

Por eso, a lo largo de este artículo te ofreceremos un listado sencillo de cómo alimentar a tu bebé en el primer año de vida para que tus decisiones sean informadas y sencillas.

Lo primero que requiere un pequeñito es leche materna. La leche materna no sólo le brinda todos los nutrimentos que requiere, saciando su hambre, sino además le ayuda a saciar la sed también, puesto que brinda  toda el agua que el pequeño requiere. Lo ideal es ofrecer sólo leche materna y hacerlo a libre demanda, o sea cada vez que el niño tenga hambre. Cada bebé, poco a poco, irá haciendo su horario de acuerdo a sus necesidades y cerca del tercer mes de vida será más predecible y dormirá a lo largo de toda la noche.

En caso de no poder alimentar al bebé al seno materno se pueden utilizar fórmulas diseñadas para recién nacidos. Es importante dosificarlas bien, usando cucharitas especiales bien rasas, y asegurarse de que todos los utensilios usados en su preparación estén perfectamente esterilizados; lavarlos no basta para el sensible sistema digestivo de un pequeño.

Para complementar las necesidades del recién nacido es necesario exponerlo a la luz del sol todos los días. Los rayos solares le ayudarán a fabricar la vitamina D, esencial para fijar calcio en el cuerpo que su sistema necesita: baños de sol de no más de 15 minutos y con una intensidad de luz que no lo lastime.
 
A partir del sexto mes se pueden incluir en la dieta alimentos distintos a la leche. Es importante no ofrecerlos antes porque pueden causa malestares intestinales como diarreas o vómitos y porque pueden causar alergias e intolerancias. Especialmente el chocolate, las fresas, el pescado, los mariscos, el huevo y algunas semillas como los cacahuates, así como la miel de abeja deben de evitarse hasta bien cumplido el año. Estos son todos alimentos muy alergénicos.

Se puede empezar ofreciendo una cucharadita de fruta, verdura o un cereal preparado con la misma leche que toma el bebé. Se debe de ofrecer el mismo alimento por tres días para detectar cualquier molestia y se debe de ofrecer siempre como complemento de la leche, o sea después.

Elige un horario en que el bebé esté tranquilo y la experiencia sea placentera. Estas primeras tomas de alimento pretenden más bien educar que nutrir; descubrir y gozar.

Ve introduciendo verduras, frutas o cereales, cocidos (o en el caso de las frutas ralladas frescas) y sin agregarles sal o azúcar.  Cambia de alimento cada tercer día. Puedes ofrecer zanahorias, chícharos, chayotes, papas o calabacitas cocidas; manzana, pera, guayaba, durazno, plátano o mango; y cereal de arroz o maíz (ideal para bebés con tendencia a la diarrea) o para los más estreñidos avena.

Al cumplir los siete meses se pueden ofrecer carnes molidas en purés de ternera, res, pollo o pavo y a partir del octavo mes lácteos como el yogurt natural. De allí en adelante seguir con leguminosas, como frijoles, habas o lentejas; otros lácteos y preparaciones sencillas como albondiguitas de res o pollo, hígado con verduras, o pollo picado en con verduras en cuadritos; así, al cumplir un año poder integrar al chiquito a la dieta familiar y dejar de darle molidos y picados para ofrecerle trocitos pequeños y picados gruesos.

En cuanto el pequeño pueda, que participe de su alimentación, usando su propia cuchara o con alimentos para tomar con la mano. La meta es integrarlo a la dieta familiar, que disfrute su alimentación y que conozca muchos ingredientes saludables.

Una última recomendación; elimina mamilas biberones y chupones lo más rápido posible. Estarás cuidando los dientes de tu pequeño y fomentando hábitos alimentarios correctos que ayudan a prevenir la obesidad, y ofrécele al chiquito, agua sola en un vaso entrenador en cuanto se pueda sentar. Así, ¡aprenderá a disfrutarla!


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