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Comer por nutrimento

Comer por nutrimento

Comer por nutrimento

La vitamina A no es solo un nutrimento esencial, sino un poderoso antioxidante que muchas veces, sobre todo entre los niños, es escaso en nuestra dieta, la de los mexicanos. Esta vitamina, que es soluble en grasa en su forma más absorbible, llamada retinol, se encuentra en las carnes rojas, especialmente el hígado y en el huevo, además de en otras grasas de origen animal. En la naturaleza también se encuentran algunos precursores de esta vitamina, los carotenoides, pigmentos amarillo intenso, o naranja, que nuestro cuerpo puede convertir en vitamina A con bastante eficiencia.

Las formas más absorbibles de los carotenoides precursores de la vitamina A son los alfa y beta carotenos contenidos en vegetales amarillos y naranja, así como en los verdes muy oscuros (espinaca, acelga o berro) y en las antoxantinas, pigmentos presentes en los vegetales de color blanco o amarillo claros, como la papa, la pera o el plátano. La conversión de carotenos a vitamina A no es siempre igual y la eficiencia depende del tipo de carotenoides y de la circunstancia tanto de la absorción como de la persona que las consume.

Se estima que con un consumo diario de una porción de verduras verdes más dos de fruta o verdura amarillo intenso o claro además de naranja, en el marco de una dieta correcta que incluya carnes rojas y huevo un par de veces por semana, es suficiente para cubrir las necesidades de todos los integrantes de la familia de vitamina A.

La vitamina A es un nutrimento esencial pues nos ayuda a fabricar las células de nuestra piel y a reconstruirlas cuando se dañan por accidentes, por exposición a rayos UV del sol o por la acción de los agentes radicales libres. Así, una adecuada ingestión de vitamina A nos ayuda a ser más resistentes a la exposición al sol y a los oxidantes presentes en el ambiente como consecuencia de la contaminación y los procesos de combustión de los motores y a prevenir los daños sobre estas mucosas exteriores, que se asocian con una piel manchada y prematuramente envejecida, reseca y poco flexible.

Dada la capacidad protectora de la vitamina A contra los agentes radicales libres y la capacidad que tiene de brindar humedad, flexibilidad y resistencia a la piel, el cabello y las membranas protectoras, la vitamina A es también un agente que nos puede ayudar a prevenir y resolver más fácil y rápidamente enfermedades infecciosas de todo tipo, desde las comunes gripas y diarreas, hasta las más complejas de las vías urinarias, la parte inferior del aparato respiratorio y las de la piel o el estómago.

La vitamina A, en todas sus formas también protege a los ojos y sus lentes, ayudando a evitar las deformaciones que se asocian con la edad y que incluyen glaucoma o catarata. La vitamina A es esencial para regular tanto la visión a colores como la visión en zonas de luz pobre. Por eso, la primera manifestación de la deficiencia de vitamina A es la llamada ceguera nocturna o incapacidad de los ojos a ajustarse a los cambios de luz y a distinguir objetos en zonas poco iluminadas.

El retinol, o vitamina A es también esencial para el crecimiento, no solo porque ayuda a fabricar tejidos, particularmente la piel y las membranas protectoras, sino porque ayuda a prevenir y resolver enfermedades infecciosas de todo tipo, que son una amenaza constante en los primeros años de vida.

La deficiencia de esta vitamina es común. De hecho, se estima que en el mundo se mueren por deficiencia de vitamina A 670,000 niños cada año. En América latina, la deficiencia de vitamina A está asociada con un número muy importante de cegueras infantiles y es un factor de riesgo para las enfermedades infecciosas de la infancia.

Por eso, favorecer el consumo adecuado de vitamina A es una estrategia que puede ayudarnos a asegurar el bienestar de nuestras familias y a garantizar la salud de nuestros niños. Elijamos más vegetales verdes, amarillos o naranja intenso y aprendamos a consumirlos todos los días. Y pongamos atención en ofrecerle a nuestra familia alguna fuente importante de vitamina A en cada una de las comidas principales del día. Carnes rojas magras , huevo, vegetales verdes y verduras o frutas amarillas oscuro y naranja para lograr cumplir las recomendaciones diarias de vitamina A para cada integrante de la familia, sobre todo los más pequeñas que son los más vulnerables a su deficiencia.


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