De azúcar y chocolate es la muerte
Cada inicio del penúltimo mes del año los mexicanos celebramos a nuestros muertos, y lo festejamos de una forma que poco tiene que ver con una sensación de tristeza o pérdida ya que el día de muertos para nosotros es una fecha para celebrar los placeres de la vida y compartirlos con quiénes se nos adelantaron.
Dentro de esta hermosa y única tradición, aparecen las calaveritas de azúcar o de chocolate. Sí, me refiero a esos dulces adornados en forma de cráneo humano, sé que suena aterrador, pero en realidad es una costumbre que tenemos desde hace mucho tiempo y le da un muy dulce sabor a esta fiesta. Las calaveritas suelen colocarse en los altares de muertos y en la frente llevan escrito el nombre del difunto.
Se cree que la práctica de utilizar las calaveritas de azúcar o chocolate en los altares es una costumbre completamente urbana ya que están presentes en las ofrendas de las ciudades y no tanto en los altares de muertos que se ponen en las zonas rurales.
La figura de una calavera, como elemento simbólico de esta temporada, aparece no sólo en su versión dulce y comestible, en otros ámbitos del arte la calavera se hace presente como en las pinturas de José Guadalupe Posada, que viste un esqueleto humano con bellas ropas de mujer para representar a la muerte.
Para nosotros celebrar la muerte es recordar a aquellos que se han ido y ofrecerles un poco de lo que amaban de este mundo. Es una fiesta de alegría, colores y sabores diferentes, que nos recuerda lo fugaz que es esta vida, pero también su delicioso sabor.
Nota de
Cocina con Alegría
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