Los chakras

Todo en el universo es energía y nuestro cuerpo no podía ser la excepción. La energía que actúa en nuestro cuerpo físico tiene diferentes densidades; la más densa se materializa en las células que componen los sistemas, huesos y órganos, y la más sutil, la que no se ve a simple vista, es la que da movimiento, la que hace que estos sistemas interactúen. Dentro de esta energía sutil están contemplados los chakras.

La palabra chakra viene del sánscrito “chakram” que significa rueda o vórtice, y se llama de esta manera, precisamente, porque así es ese tipo de energía. Los chakras son pequeños vórtices que ayudan al intercambio de energía entre el ser humano y el medio, es decir, son como antenas que emiten y absorben información al mismo tiempo. Cuando estas puertas están abiertas y funcionando correctamente, emiten cierta vibración que parecen pétalos de flor y sus colores son brillantes, según el estado vibracional de la persona y están directamente relacionados con los cuerpos físico (principalmente al sistema glandular), mental y emocional. Entonces, si tenemos una emoción desbordada, ésta afecta directamente al chakra correspondiente. Aquí, dependiendo de las creencias que yo tenga (mental), será el órgano que afectará, por lo tanto, es importante mantenerlos en equilibrio y saludables.

Los Vedas, quienes trabajaban con este sistema energético nos dicen que existen muchos chakras en el cuerpo; sin embargo, los principales son siete, alineados a la columna vertebral desde su base y ascendiendo por esta hasta la parte superior de la cabeza.

Como podemos ver, el problema empieza cuando los chakras se distorsionan por desequilibrios mentales, emocionales o físicos como mala alimentación, demasiado sedentarismo, no descansar adecuadamente, etc.

Los chakras se amplifican y se abren practicando yoga, meditación, comiendo saludablemente, cuando nuestras emociones y pensamientos están equilibrados. Como los chakras están relacionados a la vibración del color, se puede utilizar cristales de los colores correspondientes para equilibrarlos. Igualmente los aromas de las esencias correspondientes a cada chakra nos ayudan a alinearlos, así como vibrar o mantrear el sonido correspondiente.

Empieza por practicar uno o varios de estos métodos, siempre es útil hacerlo diariamente ya que no servirá de nada hacerlo una vez y seguir con nuestros malos hábitos, pues éstos, como reloj descompuesto, volverán a distorsionarse.